Miroslav Tichy nació en 1926, en la República Checa. Estudió en la Academia de Bellas Artes de Praga, y aspiraba a convertirse en un pintor moderno veterano. Lo más sorprendente de su carrera intrigante y fascinante, sin embargo, no es una pintura, sino una cámara muy especial. Cartón, tapas de botellas, tubos, vendas, estos son sólo algunos de los componentes de su herramienta de trabajo producto de su imaginación. Muchas de sus cámaras aparecen simplemente como objetos más extraños él.
Miroslav comienza a desarrollar su visión muy personal del arte en contraste con la impuesta por el contexto histórico en el que vive. A través de los años, encarna el papel de un hombre inconformista que se deja crecer el pelo y vive en un estado anárquico. Espíritu libre, neutral (la sal del genio), reservado y lleno de ideas, que amaba la fotografía. Era un amante de la imperfección.
La obra de este controvertido artista, tímido, y el alma errante, se han dado a conocer al público en 2004. Miroslav, que no le preocupaba en absoluto acerca de las ventas de sus obras: algunas fueron quemadas directamente en el horno por su autor. Este hombre fuera de lo común, murió en 2011. Hoy en día, es muy valorado su legado artístico.